Tuesday 29 June 2010

Capítulo 5

Capítulo V



_ Mom, where is my grandpa going? I like a milkshake with ice cream. Yeah?


_ ¿Ves, lo que te digo? Ya me lo imaginaba, fuiste tú quien le causó el catarro que me tuvo a la niña en cama la semana pasada.


_ Mooom, mooom,… please, please.


_ Ok, ok, stop it!



Aleja a la pequeña con su brazo izquierdo que, por su minúsculo tamaño, apenas alcanza a jalar el extremo inferior de la minifalda.



_ ¿Qué voy a hacer contigo papá? Mira, te la llevas pero nada de golosinas, y mucho menos frío. ¿Estamos?


_ Get a raincoat, honey.


El tono imperativo de Ayleen no logra hurtarle a la niña la alegría de salir a pasear con su abuelo. Con él se siente feliz y… libre.


Acostumbrado a las largas esperas, el Sansón ha permanecido inmóvil tendido sobre el asiento trasero de la doble cabina.


_ Yo me voy atrás, Víctor. Aviénteme el llavero. Aunque el Sansón es tranquilo, prefiero no arriesgar con la nenita.


_ What a big dog, grandpa!


_ No, la cabeza, no.


_ Why not?


_ He doesn’t like his head to be touched. But he likes it in the chest, under the neck, alright?


_ ¿Para dónde le damos, Don Abel?


_ Al Mall de Westshore, por favor. En ese tiene una tienda pequeña mi amigo Armando.


_ No está tan lejos, en unos 10 min. estamos ahí.



Por sobre todas las cosas, una descomunal fotografía autografiada del Pelusa, colgada en la pared principal, llama la atención de aquellos que por vez primera visitan el “Boca Juniors Sports Center”.



_ Empezamos con el pie derecho, chaval. Nuestro amigo sabe dos que tres cosas de fut.


_ Así es, viejito. Esto pinta bien.


_ ¡Mi estimado, Abel! ¿Qué os trae por acá? Sorry, todavía no te he podido conseguir los videos que me pediste del Teófilo Stevenson.


_ No hay problema, chico. Esta vez es otra la razón que me trae por acá. Mira ellos son Emiliano y… Víctor, traen un problemita menor en el que a lo mejor usted nos puedes ayudar.


_ Tú dirás, ¿en qué puedo servirles?


_ Pues, aquí mis amigos tienen un equipo de fútbol infantil y al dueño del balón y las camisetas se le ocurrió dejarlos colgados con el paquete ahora que más lo necesitan, era el patrocinador del equipo.


_ Mmm, ya veo. Así que ustedes necesitan uniformes y balones para su equipo de fut.



_ Hey, over here! Bend it like Beckham.


_ Huh? Who’s Beckham? Contesta extrañada Carelys.


_ Leo, stop kickin’ it, here. If you like to kick, go upstairs to the second floor where we have the goals, ok?


_ Ok, daddy; I got it. Come on, let’s go upstairs.


_ Can I gradpa?


_ Ok, honey; but you take care, will you?


_ Yes, I will; thanks.



_ Bueno, regresando a lo que estábamos creo que están de suerte, y sí los puedo ayudar. ¿De que edad son los pibes?


_ Estamos en la categoría entre 10 y 12 años, responde Víctor.


_ Más que suerte, creo que se acaban se sacar la lotería. Miren, tengo estos kits completos Le Coq Sportif, son igualitos a los que usó argentina en el ’86 en México. ¡Están preciosos! No entiendo porqué no se me han vendido; creo que la gente se va ahora más por lo que ven en la tele. En fin, son todos suyos.




_ ¡Perfecto!


_ Así es, viejito. ¿Qué más podemos pedir?


_ Espérense, hay más. Estos balones son hechos a mano en su país, Don Emiliano. Me los acaba de traer una muchachita que vestía medio raro, y que tiene una tienda Fair Trade no muy lejos de aquí. ¿Cómo ven?


_ Oye, Armando; ¿por qué no te llevas al pibe a jugar fut? Me va a volver loca de tanto patear contra las paredes de la casa.


_ ¡Ay, mujer! ¿Cómo crees?


_ ¿Cuántos años tiene el niño?


_ Tiene apenas ocho, pero come como si fuera rinoceronte, ya lo vieron ustedes; no le costaría trabajo jugar con pibes más grandes que su edad.


_ ¿Tiene usted dos fotos de su niño a la mano, señora?


_ Sí, apenas le acabó de sacar unas porque me las pidieron de su escuela.


_ Ok, yo voy a tratar de registrarlo con estas. Vamos a ver eso, porque ya entramos a las finales y a lo mejor es difícil, pero me llevo una de sus business cards para avísarles, ¿le parece? ¿A qué hora jugamos mañana, Víctor?


_ Mañana nos toca hasta mediodía, viejito.


_ Si lo logro registrar, ¿podría jugar mañana?


_ Yo creo que sí, yo me quedo sola en la tienda si tú lo llevas Armando, estaría bien que se distrayera un poco, además ya se está poniendo tan gordo como los de por aquí y eso no me gusta para nada.


_ Ok, mujer; si ellos pueden registrarlo, lo llevo yo.


_ No se imagina lo agradecidos que estamos con usted, Don Armando, y con Don Abel, por supuesto. Nos acaba de salvar el equipo.


_ Pues si mi hijo logra jugar en el equipo de ustedes, el que acaba de salvar el pellejo soy yo.

_ No nos despedimos, pues. Muchas gracias de nuevo.


_ Don Armando, no se le olviden mis videos del Stevenson. A lo mejor nos vemos mañana.


_ Ya vienen en camino, Don Abel. Que descansen, y buena suerte con el equipo, si ustedes me avisan, por ahí nos vemos.



… to be continued.

No comments:

Post a Comment